Después de la lectura del artículo “Educación para
la inclusión” de Echeita llegamos a la conclusión de que la Educación inclusiva
es “una actitud y un valor que debe iluminar políticas y prácticas que den
cobertura a un derecho tan fundamental como olvidado para muchos excluidos del
planeta – el derecho a la educación de CALIDAD”.
No obstante, el significado del término “educación
inclusiva” o “inclusión educativa” continúa siendo confuso. En algunos países,
se piensa en la inclusión como una modalidad de tratamiento de niños con
discapacidad dentro de un marco general de educación. A escala internacional,
sin embargo, el término es visto de manera más amplia como una reforma que
acoge y apoya la diversidad entre todos los alumnos (UNESCO, 2005).
Nuestra idea de educación inclusiva es el modelo
educativo que se centra en las capacidades y necesidades que posee cada alumno,
ya sea por motivos de marginalidad, problemas de exclusión social, por alguna
deficiencia o trastorno…
Después de leer el texto y contrastarlo con nuestras
ideas y otros artículos relacionados con el tema, hemos llegado a la conclusión
de que para lograr este modelo debemos tener en cuenta que:
→ Hay que tener una visión diferente a la actual,
tenemos que pensar en la diversidad del alumnado, también debemos identificar
las barreras y obstáculos que tiene el alumnado para seguir el proceso de E-A y
saber minimizarlas o eliminarlas. Se tiene que tener una mentalidad de cambio,
ser inconformista el “siempre querer más” para poder potenciar al máximo las
capacidades de los alumnos.
→ Para que exista un modelo de inclusión TOTAL todo
el alumnado tiene que tener el mismo derecho a la educación, que todos
participen de forma activa en el proceso de E-A…
Para poder llevar a cabo una inclusión y que esta
sea efectiva , hay que tener en cuenta las ideas que tiene Parrilla , donde se
muestra una especial consideración y estudio del pasado para poder llegar a
comprender y mejorar el presente ,viendo que todos los diversos grupos y no
únicamente las personas que presentes algún tipo de discapacidad. Además no
podemos olvidar que una inclusión no se va dar sin unos profesionales bien
formados y capacitados para trabajar esto en el aula y que a su vez fomenten la
cooperación y el trabajo en equipo para evitar así apartar a los “no iguales”.
El propio título del artículo nos pone en las pista
de la verdadera aportación del mismo. La educación inclusiva no es sólo juntar
alumnos que se encontraban al margen del sistema educativo, es educar para la
diversidad. Sólo de esa manera se logrará frenar la exclusión social, porque si
tenemos sociedades en las que se nos quedan ciudadanos en el camino, éstas no
serán justas, tolerantes y democráticas.
Para lograr la inclusión en la escuela no basta con
juntar estudiantes diferentes en un aula, además hay que ofrecerles una
educación de calidad, aceptarlos y respetarlos. Esta sería según el autor la
única forma de superar la contradicción que se produce en las escuelas, que son
vistas a la vez como factor de exclusión y como institución clave para la inclusión.
En el artículo se nos hace reflexionar sobre lo que
he mencionado en el párrafo anterior. La educación inclusiva tiene que ser algo
más que un derecho y un lugar. ¿Qué sentido tienen estas palabras si luego, por
ejemplo, a un discapacitado no somos capaces de proporcionarle las
infraestructuras y los servicios que cubran sus necesidades y le permitan
participar en la escuela?. La inclusión no debe acabar en que estén en la
escuela, debe facilitar que den y reciban.
El autor nos dice que si logramos lo anterior es
cuando convertimos la educación inclusiva en un valor, y la escuela inclusiva
en un lugar en el que todos se sientan acogidos y miembros de pleno derecho,
valorados e importantes, aprendiendo lo máximo posible según sus intereses,
capacidades y motivaciones.
Creemos que otra de las aportaciones importantes del
artículo es la que pone la educación inclusiva en relación a los debates sobre
la pobreza y las personas desfavorecidas. Nos parece un debate interesante el
que se establece entre la inclusión como base de la igualdad y la exclusión
como factor de desigualdad.
Lo que realmente nos parece importante para llegar a
un sistema educativo inclusivo es que haya un cambio de leyes en las que se
tenga en cuenta a todos los integrantes y profesionales que conocen el
funcionamiento del sistema educativo; es decir, los que día a día estén en una
escuela y vean la dificultad que tienen un gran número de alumnos. El valor de
la inclusión solo puede existir en un contexto escolar en el que destaquen por
encima de todo el respeto y la aceptación.
Para que todo esto se cumpla debe darse un gran
cambio cultural.
Hemos querido destacar esta frase de Yadiar Julián:
“No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y
acciones de los demás”
Después de leer el artículo de Echeita y haberlo
contrastado con conceptos dados en la asignatura nos surgen las siguientes
preguntas acerca del tema de la inclusión...
¿Cuál es la relación entre educación inclusiva y
educación social?
¿Cuales son los factores internos y externos que
generan exclusión en España?
¿Quiénes son los más excluidos de las oportunidades
educativas en nuestro país?
¿Cómo se conceptualiza la inclusión?
¿Cuáles son los principales argumentos a favor y en
contra la inclusión?
¿Cómo se concibe el derecho a la educación?
¿Cómo se explicitan los derechos en la legislación y
políticas?
¿Cuál es el enfoque de calidad en la educación?
¿Qué contribución puede hacer la educación inclusiva
a la calidad y equidad de la educación?
¿Cuáles son las principales implicaciones de la
inclusión para las políticas y prácticas educativas?
¿Por qué no buscamos entre todos una solución a todo
esto y demostramos ser una sociedad digna que favorece la inclusión?
Después de toda nuestra reflexión no podríamos
acabar con mejor pregunta que con esta : ¿Educación para la inclusión o una
educación sin exclusiones?